jueves

Subida Nocturna al Pico del Lobo

El hecho de que faltaran unos días para la luna llena no implicó que dejáramos de disfrutar de una espectacular subida al Pico del Lobo (2272m).
La noche comenzó cargando las pilas en el Puerto de la Quesera, donde hicimos buena cuenta de tortillas, embutido, bocadillos varios, un reconstituyente caldo, y por que no decirlo, unas raciones de caviar, menudos somos…


Pasada la media noche comenzamos cuerda arriba con luna de cara, que casi cegaba nuestros pasos. Casi aliviaba encontrar tramos arbolados en los que cobijarse bajo la sombra de luna. La noche estaba completamente despejada, y con la luna creciente a unos “tres cuartos”, apenas hizo falta encender los frontales en toda la subida.
Una de las pocas veces que fue necesario dar candela fue a la altura del collado del Peñuelas, prácticamente arriba, cuando comenzamos a escuchar los mismos mastines que el año pasado nos hicieron dar la vuelta.



Es una sensación interesante ver (lo de ver es un decir…) como en una completa oscuridad empiezas a oír a tres piezas de perro ladrar con toda su alma, y que a toda velocidad cada vez se oyen más y más cerca sus graves ladridos. El primer instinto del grupo quizá fue acelerar el ritmo, jeje, pobres ilusos, ni que fuéramos a correr más rápido que tres mastines en medio de un pedregal, ja! El segundo instinto, aunque nadie lo reconozca, fue intentar elegir mentalmente a alguien del grupo que se sacrificara por los demás, y mientras lo devorara, contar con unos instantes para huir… pero aquel plan tampoco pareció ir a ningún lado.
Entonces todos pensamos en Nika, la preciosa perra de Blanca que nos acompañaba, y que nos podría sacar de aquella enfrentándose a las fieras. Al verla completamente tranquila caminando la primera del grupo, sin ni siquiera mirar hacia atrás, no nos quedó más remedio que encararnos a las terribles criaturas dando voces, palos en alto y cargándonos de buenos meños de piedra por si teníamos que calzarle a alguno…
Uf, parece que funcionó y la cosa se calmó, dejaron de vernos como una amenaza para las cabras que cuidaban, y pudimos proseguir lo que nos quedaba de subida, eso si, con el reojillo bien afilado, por si acaso.
A la vuelta tendríamos que volver a pasar por el mismo lugar, por lo que hicimos cumbre y llenamos el buche con la ilusión del que hace su última cumbre. Al bajar nos comían fijo.
No se si por miedo, o tan solo por que debían de seguir su camino con las cabras, en la bajada no hubo ni rastro de perros, cabras ni otras criaturas. La vida seguiría después del Lobo.
Tras algún que otro descanso llegamos de nuevo al Puerto de la Quesera, con el tiempo justo para echar un sueño antes del amanecer.
Al ver salir el sol, todos coincidimos en que ha sido una gran noche, hay que repetir!Gracias Blanca, Jimy, Inés, Carlos, Fer, Charly, Nika, y enhorabuena, Javi!















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6 comentarios:

  1. Al final se harán un par de grupos, unos subiremos el viernes 31 de Julio, y otro el viernes o sábado dia 7 y 8 de Agosto, más cercanos a la luna llena, que es el día 6, para cualquier cosilla, correo...

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  2. Ale, ahi están todas las fotos, el que quiera todas a tamaño original, ernestopdf@hotmail.com

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  3. Lo describes muy bien. Los puntos claves fueron el acoso perruno, y la cara de Javi zampándose el caviar en la Quesera. Una pena que la luna no estuviera a tope, pero aun así estuvo muy entretenida la noche. Qué haya más.

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  4. Fue un acierto que la expedicion rusa nos dejara probar su caviar...

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  5. un placer compartir con todos ustedes esta primera subida nocturna al pico lobos, verdad jesús?
    ande esta punchok?
    desafio conseguido
    carlos

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  6. Pa mi que a punchok se lo comieron los mastines, ajajajaj

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