miércoles

Vivan las Transaminasas, Vol.2

En el momento en el que escribí la anterior entrada sobre Transaminasas, allá por mayo (Vivan las Transaminasas), acababa de aprender un montón de cosejas acerca de aquello que entonces llamaba “comecocos”, y que me provocaban una especie de calambres que me impedían menearme en la bici nada mas arrancar, y que incluso comenzaban a no permitirme caminar…

Saqué unas cuantas buenas conclusiones, la cosa mejoró, y volví a tener un nivel parecido al habitual. Seguiríamos en observación y controlando algunos aspectos en la forma de entrenar y de alimentarme, pero la cosa marchaba bastante bien.



Justo entonces tuve la suerte de romperme la cadera, sí suerte, como dice un buen amigo, no he tenido mala suerte por que me haya pasado todo esto, si no la buena suerte de poder levantarme cada vez con más fuerza. Que majete el tío, no dice nada.

La rotura paró en seco la recuperación y el seguimiento de lo ocurrido anteriormente. No pasaba nada, había otros menesteres.

Aquel nuevo reto fue superado y ya volvía a dar pedales con dignidad, aunque sin apenas forzar, ya sin objetivos más allá de disfrutar de lo que quedaba de temporada, haciendo lo que más me gustaba. Esto hacía más incomprensible que volvieran los problemas con los calambres, confirmado tras una analítica, que volvía a revelar unos niveles de CPK y transaminasas tan altos como la otra vez.

Pero esta vez no cuadraba, ya que no se cumplía ninguno de los argumentos aprendidos en Mayo:



  • No estaba haciendo un entrenamiento con series de plato grande.

  • Estaba cuidando muy bien la nutrición tanto antes, durante, como después de los entrenos.

  • Y aunque estuviera ya metiendo entrenamientos de más intensidad, quedaba muy lejos de la denominación de “ejercicio extenuante” que la mayoría de bibliografía sobre el tema mete como causa de un nivel demasiado alto de estos parámetros.

Había que profundizar más en el tema, y sobre todo, mantener la calma, el abanico de posibilidades era demasiado amplio.

Tras nuevas vueltas a la misma y a nueva bibliografía, muchas conversaciones, varias consultas médicas, pero sobre todo por poder tener la suerte de tratar con un perfecto médico deportivo y un perfecto quiromasajista deportivo, he podido sacar nuevas conclusiones, que se unen a las ya aprendidas, y que espero puedan hacer que nos vayamos conociendo un poquito mejor:





La CPK o Creatin FosfoKinasa es una enzima muscular (no es una transaminasa) que interviene en proceso de contracción–relajación del músculo, y que tras el ciclo es drenado a la sangre. Existen tres tipos en función del tipo de músculo en el que se encuentren: Cerebral/pulmonar, Cardiaco, y de músculo esquelético, el tipo de CPK que con seguridad tenía yo disparado.

Un nivel en sangre excesivamente alto en la CPK denota que existe gran cantidad de destrucción muscular.

Esto hace que el hígado genere mayor cantidad de enzimas, las transaminasas, que se encargarán, de depurar la sangre de su elevada carga de CPK. De ahí que mis análisis dieran elevadísimos valores de CPK y también, aunque no tan altos, grandes niveles de transaminasas, síntoma de que se estaba depurando la sangre.

Genéricamente, en el deporte las causas más habituales de niveles altos de CPK son:



  • El sobreentrenamiento


  • Fallos en la planificación de las salidas


  • Excesivo trabajo de fuerza o potencia


No cuadraba, ninguna de ellas era la mía, había que buscar otros indicadores:

Por un lado, obviamente la reciente rotura de cadera, unido a antiguos problemas de desviación de rótula hacían que mi musculatura estuviera bastante descompensada por diversos grupos, a parte de que los ciclistas ya solemos tener la musculatura de las distintas partes de la pierna algo descompensada. El crack de mi quiromasajista me recomendó/obligó a cmpensar todos estos desequilibrios a base de pesas, para poder equiparar algo el desarrollo de todos los grupos musculares. Asi que había que empezar a darse caña en el gym...

Y por otro lado, varios desajustes en la analítica, que en personas sedentarias pasarían inadvertidos, dieron como resultado que también influyó que mi cuerpo no tolera muy bien las bebidas recuperadoras, a base de distintos tipos de proteínas, que había empezado a tomar algunas semanas antes de los primeros calambres.

Esta intolerancia complicaba la regeneración muscular tras salidas largas, lo que unido a mis descompensaciones, hacía que los niveles de CPK se dispararan y aparecieran los calambres.

Muchos me los habían/habíais recomendado, realmente vienen bien, y son aconsejables con entrenamientos intensos, pero en fin, como me recomendó una amiga nutricionista, me conformaré con un buen vaso de leche, el batido de proteinas más natural.


Para limpiar todo el organismo y hacer que las reservas del hígado se regeneren del todo, ya que con todo el trabajo estaba "algo negro", toca una temporada sin cargar hidratos de carbono, tipo pan, cereales, pasta, arroz, etc. y así descargar completamente las reservas del hígado. Es curiosa la sensación de no comer hidratos durante todo el día, ya que se nota como que el cuerpo se queda enseguida sin chispa, y necesitas comer más a menudo. Mucha fruta y verdura, carnes limpias, pescado y bastantes frutos secos.

Toca ir probando, entrenando suavemente desde cero una vez que el cuerpo se limpie, y esperar que no sea necesario escribir un Volumen 3 de esta temática.



(Como la vez anterior,vuelvo a pedir disculpas a los posibles entendidos que lean estas líneas, por su bajo rigor científico. Están escritas por alguien sin ningún conocimiento en medicina, con el único objetivo de transmitir una experiencia a otra gente sin conocimientos en medicina)



Algunos enlaces:
http://www.postpoliomexico.org/CPK/LaCPK.htm



http://www.clinicadam.com/salud/5/003504.html

4 comentarios:

  1. Bueno pekeño, al menos ya has identificado el problema y le puedes poner solución, eso es positivo ¿no?. Pasaté a la proteina vegetal que esa nunca da problemas jejeje sino que se lo pregunten a Popeye ;) Un besote

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  2. yo pensaba que podria ser por como comes la mortadela y el meneo que la "metes"..

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  3. No se yo si las espinacas tendrán mucha proteina... pero ISA, te haré caso...

    Por si acaso, este fide le voy a dar bien a la morcillita de burgos que tb me han contao que tiene mucha proteina: http://proteinas.org.es/alimentos-ricos-proteinas

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  4. Hola, leyendo tus crónicas me siento identificado. Hace 3 años cuando empece a entrenar un poco mas fuerte tenia calambres sin ton ni son nada mas empezar o al bajar escalones o al caminar, generalmente empezaban sobre abril mayo y me decían es que empiezas muy fuerte en las salidas, falta de vitaminas, etc….He llegado a pensar que era un pinzamiento producido por una caída con la mtb, mala posición, etc…El otro día al ir a donar sangre me dijeron que no podía por tener la hemoglobina y la tensión bajas, con esto me fui al medico de cabecera y me mando unos análisis los que arrojaron unas cpk de 2200 de ahí a urgencias a pasar una noche con 4 botellas de suero y 5000 cpk….Me falta por contrastar con el medico la hemoglobina baja con un desgaste mayor de los músculos. Un saludo

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