Empieza el otoño, es tiempo de otras actividades a las que durante el resto del año solo puedo dar pinceladas.
Este fin de semana era el turno para una ruta muy especial, en la que llegaríamos al Aizcorri (Gipuzkoa) desde el santuario de Arantzazu. Queríamos tomárnosla con calma, disfrutándola, “leyéndola” tranquilamente.
Partiríamos a medio día, para llegar a la cima al final de la tarde, con intención de hacer noche en el refugio colgado junto a la misma cumbre. 
Lo que quedaba a mitad de camino desde las campas de Urbia...
Preciosas las vistas a la puesta de sol, y preciosas las sensaciones de compartir cena y conversación en un lugar así, con gente especial a tu lado. Un regalo.
A la mañana, madrugamos, ya que no nos queríamos perder el amanecer desde un lugar así, y desde luego que la estampa no defaudó…
Una alegría para Fran, que por fin pudo pasar una noche con su Vero en este refugio, y una alegría también para Marta, que debutaba por todo lo alto, dejándonos impresionados con su adaptación… Seguro que repite…
Con lo cerquita que me pilla de casa y no subo. Menuda envidia..
ResponderEliminarSi es que allá arriba todo os pilla cerca mikelo!! Por cierto, imprescindible choricillo en el refu...jejej
ResponderEliminarQue lujazo (el paisaje y la gente...) Tere
ResponderEliminarHe estado en la cima hace unos años y es espectacular.
ResponderEliminarNo dudes que repito, tendré que darle buen uso a mi patrocinio ;) Me lo pasé genial; gracias a los tres por cuidarme taaaaan bien, asi cualquiera repite... Marta.
ResponderEliminarPreciosa ruta, ¡¡¡que envidia!!!
ResponderEliminarQue tengas una pronta recuperación y no más clavos ni caidas, ¡¡¡cuidate mucho Ernesto!!!