Puertos de Ribagorza y Terapia de Grupo en el Marquesado

Es algo terapéutico. Cada vez que nos adentramos en el Marquesado (aullido de fondo…) volvemos siendo otros. Una especie de mezcla entre un SPA y una terapia de Alcohólicos Anónimos. Año tras año en este lugar secreto del pirineo, cuya vía de acceso duda hasta su propio terrateniente, se perpetra una terapia de grupo en forma de linchamiento verbal en la que se consiguen unos niveles de relajación difícilmente alcanzables por otros métodos.

Al fin de semana le unimos la que para mi es una de las marchas más chulas del año, Los Puertos de Ribagorza, que ya se ha convertido en parte del tratamiento.

Siempre hay alguna excusa, siempre hay algún motivo por el que el Señor Marqués humillará públicamente a cada uno de los asistentes a la terapia tras la marcha, es parte del trato. Este año parecía diferente, el inocente seguntino creía su tarea como cumplida, estaba en una nube por el buen resultado y las buenas sensaciones, se encontraba como nunca antes, y así lo transmitía al resto de asistentes a la cura. Pero antes de la cena todo se vino abajo, todo volvía a ser como todos los años, el joven seguntino se iba a llevar lo suyo. Con una sucia y penetrante mirada, el tambaleante marqués le escupió: “Ernesto, disculpa que te diga una cosa: eres tácticamente bobo”.

-O-

La mañana de la marcha comenzó más relajada de lo costumbre, cosa rara en mí, que habitualmente soy un amasijo de nervios desde la cena del día anterior. Ya es suficiente mejora el haber aprendido a controlar este estrés…

Bien tranquilete marcho hacia la salida con tiempo, para pillar buen sitio y no tener que comenzar a perder constantes vitales desde el primer kilómetro.

 

Y casi no me sale, ya que casi de salida comienzan los primeros arreones. Sin agobio, pero hay que estar atento, no sea que se arme… Falsa alarma, al poco tiempo el asunto se relaja y podemos empezar a saludar a uno y a otro, que fino está todo el mundo!

Comienza Laguarres, primer puerto del día, otra vez a estar atento por si se lía, al fin y al cabo no se tenía muy claro lo que iba a pasar con el cambio de recorrido, al tener el primer y el segundo puerto enlazados, era casi seguro que algo se menearía. Algún arreón en los últimos kilómetros, pero al comenzar la bajada se vuelve a unir el grupo de cabeza, muy numeroso.

Charlada por aquí y charlada por allá, una cosa estaba clara, había que entrar bien colocado al comienzo del segundo puerto, un cruce estrecho con unas cuantas curvas seguidas que podían tener su miga.

Y así, casi sin darme cuenta, aprovechamos un pequeño descanso en la bajada para achuchar un poco e intentar colocarnos en cabeza del grupo. Miramos para atrás y se había cortado… pues nada, a seguir. Estoy con Irigaray, Aranguren, y alguno más. Comenzamos la segunda subida del día con una pequeña ventaja, así que misión cumplida. No es necesario irse, ya que tras este puerto habrá más de cuarenta kilómetros de pastosidad hasta Bonansa, mejor que haya un grupete amplio.

Entran unos cuantos más, entre ellos Sergio Perez, y Rafa Perez (no son primos), al que se ve tremendo después de ganar en Lagos de Covadonga la semana anterior.

Ahora sí, siendo grupo amplio, de unos doce o trece, toca remar a relevos para intentar abrir hueco con el grupo de atrás. Por momentos perreábamos algo más y parecía que se echaban encima, pero al final poco a poco conseguimos marchar. Una maravilla para un novato el poder asistir a estas cosas.

Repecho va y repecho viene, se hace bastante larga la aproximación al tercer puerto. Una vez que se llegue allí, ya vendrán todos seguidos: Bonansa, Espina y Fadas. Y después los cincuenta y pico aireados kilómetros hasta Graus, iba a estar divertido.

Hola Ane, voy tirando que me cierran la frutería, otro día paro...

Ya en las primeras rampas de Bonansa, ya no harían falta alardes ni achuchones, solo la acumulación de los kilómetros harían que el grupo se fuera reduciendo poco a poco hasta quedar sólo cinco: Sergio y Rafa Perez, Irigaray, Aranguren y lo que iba quedando de mí.

Espina se me iba a atragantar un poco. Dicen que siempre hay que pasar un momento de bajón en recorridos así de largos, y el mío estaba ahí, buff… Hubo un poco de lloriqueo por mi parte para que no se tensara más y poder aguantar los cinco juntos, que avanzaríamos más en el plano, aunque era como si llevara un cartel enorme de neón que decía “me estáis matandooooooo”.

Obviamente, olvidé poner a masa los cables del neón y en la bajada empezaron a aparecer calambres, todos en armonía, como si intentaran decirme algo… fijo que había un mensaje oculto en todas aquellas vibraciones…

En Fadas a sobrevivir como se pudiera, que son un par de kilómetros, pero noooo!!! No te pongas de pie que algo te explotará por ahí abajo…

En la bajada de Fadas llegué a pensar que tendría que dejarlos ir, ya que cada pedalada era una aventura, se alejaban, poco a poco, cada recta yo no podía remar como ellos y en las curvas soy el mismo “seto” de siempre. Me salvó que en una recta vi a Xabi echarse mano al bolsillo para comer, y los demás le acompañaron. Hubo como unos segunditos que me permitieron volver a enganchar, no se ni como.

Así se acabó la bajada y empezábamos los kilómetros de remar hasta meta. Pedí permiso para que me dejaran tres minutos en la unidad de cuidados intensivos a cola de grupo a ver si podía domar los latigazos de las piernas de alguna forma.

Agua por aquí, sales por allá, un gel, palmaditas, puñetazos… bien, ya se ha calmado. Hubo que utilizar el método Pulpo para que ablandara la carne.

Remare remare. Empezábamos a creérnoslo ya que desde los coches nos decían que llevábamos hueco suficiente, por lo que hubo momentitos hasta de disfrutar después de la machada. Y a mi me daba igual ya el puesto, a parte de que seguro que era el más torpe y el más flojo, para mi el poder estar allí ya era el mejor regalo. Da igual el primero, el quinto, o el trece por la cola, lo importante es que disfrutes al máximo de lo que estás haciendo, y cierto es que una vez más, me lo estaba pasando como un enano encima de la bici, que al final es de lo que se trata. Todos vamos a cobrar lo mismo…

 

Prueba de que el último tuvo tiempo de sobra de elegir trazada...

Momento gracioso del día en la curva de entrada a recta de meta, donde por confusiones varias, algunos tiran hacia meta y otros tiran hacia el parking, suerte que yo era el último para poder elegir la alternativa buena. ¿Qué pudo condicionar quién ganara? Al menos a mí, poco me importa, los que estábamos allí nos sentíamos igual de contentos.

Que majetes!

-O-

Lo que para mí era motivo de alegría, para el Señor Marqués fue el inicio de mi turno en la terapia: “¿Cómo?, ¿que llegáis cinco, te quitan a dos, y aun así llegas cuarto? Ernesto, disculpa que te diga una cosa: eres tácticamente bobo”.

Menos mal que a parte del terapéutico linchamiento, el importe de la estancia incluía unas buenas chuletas, unos buenos paisajes, y unos cuantos buenos ratos con el resto de pacientes, que mira que son majos todos…

Con lo que al final, el balance del tratamiento es el ya sabido, este es uno de mis findes de bici favoritos del año.

 

 

Oportunidad chulísima para vivaquear por la noche...  Koro, no te he sacao los pelos, pa que veas...

Pateillo tranquilo a la mañana para soltar patas y las tensiones provocadas por el Marqués.

Anda que podíais haber masticao antes de haceros la foto, todos con la bocaza llena...

Aqui os paso la crónica de otra de las pacientes: Crónica Itxaspe

Muchas gracias por las fotazas a Alberto Casas, Ane Gabiria, Chemita Arguedas, y Koro Gabiola.