A pesar de que a lo largo del sábado de Marmotte mi humanidad era comparable a la de un cartón de leche vacío, intentaría aprovechar el domingo, día de merecido descanso para mis compañeros.
Por la mañana compras y traslado a La Chambre, partida de la etapa del lunes, con lo que tenía medio día para ir volviendo a la vida.
Descripción de la ruta aquí |
Que será, que estamos malos hasta que nos montamos en la bici… cuántas veces me habra dicho esto mi madre.
“No creo que suba hasta arriba”, expliqué a mis compis, “iré tranquilo, y me daré la vuelta a media subida”
“Jeje, no te lo crees ni tú, chaval”, me respondió Oscar.
Pues eso… coroné Glandon, eché una charlada con unos moteros catalanes, y me lancé hacia el otro lado, aun tenía tiempo, de bajar unos kms hasta el embalse…
Media vuelta, otra vez para arriba, y para el camping. Glandon y medio.
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