RUTA |
Llegamos el viernes al atardecer a la estación de esquí de Saisies, punto de inicio de la prueba del domingo. La idea es salir a soltar el sábado a la mañana para desentumecer las patas y tonificar para la burrada de los 8000 metros.
Por ello, para este día no tenía preparadas altimetrías de puertos ni nada, saldríamos un ratillo y punto. Habíamos visto que a media bajada se iniciaba una subida que no parecía muy larga hasta un collado que no nos sonaba mucho, el Col de Joly. Parecía chula la zona. Y también junto al apartamento en el que estábamos, se iniciaba la subida a un mirador, con lo cual parecía que era suficiente. Con la tontería salieron casi 2000 de desnivel, empezaba bien la cosa.
Y es que había que soltar patas al nivel del evento para el que vas a soltar, ¿no?
Resultó que hubo que bajar de Saisies más de lo planeado, que el Col de Joly fue más duro de lo que pensábamos, y que para subir al mirador de Monte Bisanne había unos kilómetrillos en porcentajes de dos cifras. Tono, lo que se dice tono, pillamos, así que, objetivo cumplido.
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