domingo

La Iñigo Cuesta

Villarcayo - Burgos

Ya tenía yo ganas de meter esta marcha en el calendario. Todo lo que me habían hablado de ella, todo lo que había leído, era positivo: Un recorrido impresionante y para muchos desconocido, una buena organización, y un ambiente familiar. Había que comprobarlo.

Era la primera semana de Junio, periodo de motivación máxima, segunda semana de mi personal reto de meter una competición cada uno de los fines de semana desde el último de Mayo al último de Junio. Por eso quizá se hizo menos pesado el viaje en solitario hasta Villarcayo, lo que sin ninguna duda supone para mi lo más duro de esta afición. Pero durante el fin de semana no estaría solo. Alli me encontraría para cenar con el gran Soto, de Guadalajara, mítico. Y seguro que alguno más de mis conocidos se dejaría caer por allá. No podía llegar a imaginar como iba a desarrollarse el fin de semana, iba a ser posiblemente el mejor del año.
Pese a todas las previsiones de mal tiempo, (excepto la inconformista de Accuweather, que siempre va alrevés pero siempre atina) amanece un día soleado y de buena temperatura, no me llevaré ni chubasquero ni chaleco cortavientos, me la juego. Tras un experimento de desayuno a base de un platano y un bol de yogur con unos cuantos puñados de muesly de chocolate, que ya se ha convertido en un clásico en los dias de competición, nos acercamos a la salida, por esta vez sin las prisas de las grandes. Esta, por su tamaño y ambiente parece que tendrá una salida algo más relajada, ya era hora, por que uno ya se empacha de las marchas en las que se sale dando espadazos y cortando cabezas desde el primer metro...
Antes de la salida, ya me encuentro con los primeros amiguetes, de Aranda, de Portugalete, etc. Vemos también como Iñigo entrega a la familia de Mireya un maillot dedicado como homenaje a la pequeña de Luis y Tere, y hermana de David. Sois grandes, un abrazo del de Sigüenza a los tres!!
Bueno, manos a la obra, pum! otra vez en harina, esta vez con menos prisa, pero por si acaso yo tiro para adelante no vaya a ser que se anime la cosa. Menos mal que no fue asi, y nos dejaron unos kilometrillos para ir saludando y charlando con toda la "familia". Aprovecho y saludo a David y su padre Luis, y ambos me comentan que en un coche va Tere, la madre y esposa, que tiene ganas de conocerme, a ver si luego coincidimos y le doy un abrazo!
Sin darnos cuenta, nos adentramos por un valle fresco y sombreado, lleno de vegetación, que anuncia que está cerca la primera subida. En cuanto la cosa se empina (con perdón de la expresión) veo que alli había un ambientillo raro, había mucho chaval de veintipocos, muy finos, y con equipaciones de equipos de no se que categoría, pero se les ve a la legua que son puro nervio.
Y asi fue, enseguida empezaron a soltar achuchones a diestro y siniestro como si la meta estuviera a 3 kms. Por detrás los "normales" intentamos coger un ritmo continuo, y asi, entre achuchón y achuchón, conseguir entrar en el grupo de delante. Tras toda la guerra, conseguimos coronar unos 10 por delante, pero la cosa se queda parada completamente en la bajada y vuelve a entrar un montón de gente. Pese al calentón de patas, me lo estaba pasando bien.
A partir de este punto ya no habría mucho descano entre puerto y puerto hasta completar los 5 del día. En el segundo de la jornada, vimos que los "pros" seguirían a ritmo de sacaojos, por lo que un grupete los dejamos ir y que se maten entre ellos, ellos son pocos, unos 12, y nos da igual como quieran subir, pero está claro que si los diesel les seguimos, chascaremos pronto. En nuestro grupo nos acompaña Iñigo, y otros dos Cervelos, que aun no he investigado quienes eran, pero la verdad es que me sentía muy cómodo a rueda de cualquiera de ellos, transmitían mucha seguridad, mucha continuidad en el ritmo, y también algo de riesgo de poder acabar echando el hígado por la boca, pero bueno, mientras el romano de turno no me clavara la lanza en el corazón, intentaría aguantar ese ritmo tropical.
Asi fue en el segundo y tercer puerto. En el cuarto yaempezó a ser otra cosa, creo que estos Cervelos ya entraron en calor y querían tirar un puntito más. Iñigo iba a su aire, iba y venía, subía y bajaba, se le veia terrible. En el Tour hará lo que le de la gana con el pelotón cuando sea necesario.
Aun asi, penando, consegui coronar el cuarto con otro chavalote, a unos 150m del grupo de los dos Cervelos, referencias del día, de unos 8 tios. Si achuchábamos en la bajada acabaríamos entrando. Menuda jupa nos dimos para volver a enganchar con el grupo, arriesgando lo justo y apretando los hocicos en todas las rectas. Lo único malo es que completamente roto, dispuesto a descansar un ratillo, veo que tras la siguiente curva cojemos un cruce a derecha que pone "Comienza puerto, 15km" Me quise morir, iba yo en un estado optimo para empezar a subir el puerto de Lunada, el más duro del día...
Creo que tarde unos 500 metros en mandarles por ahi. Tenía que comer y beber, aunque no me quedaban más de dos dedillos de líquido de uno de los botes. Ahi comencé una lucha personal por no pararme en el primer charco embarrado que viera y lamerlo hasta resecarlo, como estaban haciendo las decenas de vacas que salpicaban la subida. Estoy convencido de que es la primera vez en mi vida que envidio a una vaca, nunca dejaré de sorprenderme.
Para evadirme un poco del bolo que me ha formado en mitad del garganchón la barrita que me acabo de comer a palo seco, decido que será mejor que me centre un poco más en el paisaje y no tanto en las penurias que me esperan...
La verdad es que esta zona del norte de Burgos y sur de Cantabria sorprenden a cualquiera que los conozca, profundos valles empradecidos y pintados de un verde que casi parece artificial, unos desniveles pirenaicos, y una calma propia de un lugar que todavía no está entre los lugares "imprescindibles turísticamente", afortunadamente para los que nos gusta ser una especie de cazatalentos paisajistico. Asi que os cuchicheo al oido: "a esta zona teneis que venir, merece la pena..."
Objetivo cumplido, mientras pienso en verde, la bola ha bajado, el pajarón parece que se ha diluido, y he llegado a la parte cómoda del puerto, no se si es por el porcentaje mas llevadero o por que hay unas cuantas curvas de esas que ponen los pelos de punta, unas vistas impresionantes o por que hay bastante gente al fresco animando a los txirrindulari que pasamos, no se por que pero de nuevo me encuentro bien. Acabo enganchando a los que me han adelantado durante la subida, aunque los Cervelos estarán a un minutito por delante.
Pues estoy ya en la cima de Lunada, al que por fin he decido nombrar como el puerto más bonito que jamas haya subido. Estoy fisicamente obligado a parar en el avituallamiento de la cima, en el que me bebo unos 350 litros de liquido, si no fueron alguno más, estaba seco...
Objetivo cumplido, el ultimo puerto ya no da mas guerra, bajada con cuidado por los baches, 30 km de llaneo a buenos relevos y meta. Al final, no tengo mucha idea de como habré llegado pero según las cuentas estaré entre los 20 o 25 primeros, que más da, no es lo importante, me lo he pasado estupendamente.

Una vez cruzada la linea de meta, comienza lo realmente especial del fin de semana.

Una Simpática mujer se me acerca, y me pregunta: ¿Eres Ernesto? Supe enseguida que debía tratarse de Tere, la mujer de Luis y madre de David. Comenzamos a hablar sobre como había ido el día, y al comentarle que habíamos dormido en un parquing cercano, dentro del coche, dió unos saltitos hacia atras y acerco su movil a la orejilla...


A los pocos segundos me invitaba a casa de unos buenos amigos a cenar y a pasar la noche, y asi, todos juntos podríamos ir al día siguiente a hacer una rutilla con Iñigo Cuesta. Yo no me lo podía creer.

Salva y Charo resultaron ser unos magníficos anfitriones, y a partir de aquel momento grandes amigos. Tanto la familia de Luis, Tere y David, como la de Salva y Charo son de esas personas que al poco de conocerlas sientes algo especial, unas vibraciones que en los tiempos que vivimos es muy dificil encontrar en la gente. No cambieis nunca!

Por lo demás, fueron dos dias grandiosos: El recorrido turistico por Medina de Pomar, el buen rollo durante la cena, el regalo que fue para mi salir a entrenar con Iñigo, los continuos hachazos que nos pegabamos Alvaro, Iñaki, Iñigo y yo, la buena comida de despedida... aunque sobre todo, los buenos amigos, que al fin y al cabo son la mejor conclusión que saco de mi fin de semana por estas tierras de Burgos.

Sin duda que volveré, un abrazo a todos!!

3 comentarios:

  1. Pues Dandy, sinceramente, lo mejor del año: conocer a esta GRAN FAMILIA, por encima de todo lo deportivo, por todo lo que he aprendido en lo personal...

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