miércoles

Alpes 2012. Día 8. Agnelo, Sampeyre, Agnelo

Posiblemente la ruta más exigente del viaje. El mastodonte Agnelo por las dos caras, más otro mastodonte nuevo para mí, el Col de Sampeyre. Cerca de 4500 metros de desnivel en tres puertos, las cuentas por puerto salen fáciles.




Descripción de la ruta aquí

Agnelo es otro de los “señorones”, de esos de los más bonitos, de los más largos, de los más duros, y de los más altos, una puntuación general tremenda.


Ya conocía la cara francesa, y no había oído más que maravillas de la vertiente italiana. Todas ciertas.


Esta cara italiana se desploma casi en vertical en sus primeros 10 kilómetros de bajada, y viendo cómo hay que sujetar la bici en las curvas, la previsión para la subida me pone los pelos de punta.


Tras estos 10 km, aquello sigue y sigue bajando, pasando por Casteldelfino, hasta llegar a Sampeyre, comienzo del puertarraco del mismo nombre.

Lo conocí hace unos años ojeando unos perfiles de una marcha italiana, la Fausto Coppi, que no tardará en caer, por cierto. Había algo que me atrajo de aquel perfil. En dos puertos y medio se subian más de 4000m de desnivel. La Fauniera y Sampeyre pasaron automáticamente a mi lista de la compra. No estaban muy a mano, pero caer caerían, tenían pinta de ser impresionantes.




¿Qué mejor que acompañar uno de ellos de dos subidas a Agnelo?

En cuanto al puerto en sí, lo visto en los perfiles. 15 kms de rampa continua al 9-10%, constante, sin descanso, aderezado con el calorcillo de los primeros kilómetros de valle y el asfalto loctite de toda la subida, tremendo!


Perfecta la visión desde su última parte de toda la ascensión a Agnelo. Escalofríos de ver la cima allá arriba colgada. El Mont Viso también es testigo de los últimos kilómetros.


Para asimilar todo lo visto, un plato de pasta, un helado de pistacho y tiramisú, y en marcha.

Agnelo: duro, duro, durísimo. Y con lo que llevamos encima. Pero, ¿a quién le importa? Es el paraíso!!



Y encima va el hijo del Duero y me ataca al coronar. ¿Este tío no va a reventar nunca? 




En aquel momento no tuve el valor de decírselo a Oscar, que se enterará al leer esto, pero al coronar Agnelo y empezar su precioso descenso francés no pude evitar reventar y echarme a llorar durante casi media bajada. Todo explotó en mi mente, todo esto estaba siendo tan intenso, me acordaba de mi gente, de todo lo vivido hasta llegar aquí, me sentía tan privilegiado y agradecido de poder estar sintiendo todo esto...
 


2 comentarios:

  1. ohh q bonito, que tierno!! y yo sin enterarme (el hijo del duero)

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  2. papa! no seas marikita! que llore solo el!!!

    (el hijo del hijo del duero...usease el nieto)

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