RUTA |
Tras el Tour del Mont Blanc, la intención era pasarnos a Suiza y recorrer la zona de Oeste a Este. Sin embargo, decidimos hacerlo al revés, y aprovechar el día de descanso después de la machada para hacer el desplazamiento largo hasta la zona más al este, y poco a poco ir regresando sentido oeste para que el último día estemos más cerca de casa.
La zona más alejada a la que
llegaríamos sería prácticamente la cara suiza de Stelvio, con lo que
aprovecharíamos el desplazamiento para subir al Padre de todos los Puertos…
Ya conocía el recorrido de hace
un par de años, pero para Álvaro era su primera vez, y se notaba en su cara.
Stelvio es mucho Stelvio.
Como siempre, lo que más llama la atención es la belleza de la supuesta cara fea, la abandonada, de la que nadie habla, y la que casi nunca sale en las fotos. Desde Bormio hacia el Passo Umbrail. Desde este, bajada a Santa María.
Por cierto, el tramo de un par de kilómetros de tierra en la parte media de la bajada está siendo asfaltado, o al menos esa pinta tenía, siempre me pareció curioso lo que pintaba un tramo de tierra en un lugar así. Posiblemente solo protección del entorno. Si era así, el asfalto abrirá camino a todo tipo de bichos a motor…
Una vez en la Val Venosta, llegamos a Prato y comienza de nuevo el sueño, aunque a lo largo de los primeros veintitantos kilómetros, antes de llegar a Trafoi, aquello se hace interminable.
Todo se olvida una vez se llega a los últimos 8 kilómetros y aparece la última pared al fondo. Más aun a medida que se va ascendiendo y se va apreciando la verticalidad de la misma. Toda una obra de arte de la ingeniería.
¡ Snif!... Nostalgia, con mi Otero sus 23 kg y 41x 25...
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