RUTA |
Los dos nos sentimos algo plomizos, pesados, a la mañana nos cuesta entrar en calor. Podría pensarse que es lo normal después de hacer 8000 de desnivel, aunque no tuvimos esas sensaciones en el idílico mundo Stelvio. O quizá sí que las tuvimos y el entorno las disimuló…
El tema es que no iba a ser nuestro día más potable. Iríamos a verlas venir. Salíamos de Filisur dirección a Lenzerheidepass, una ancha subida hasta una amplia zona de esquí. En un primer momento la idea era bajarlo por la otra vertiente y subir a otras pistas de esquí, Arosa, pero no nos dio muy buenas vibraciones, ya que nos temíamos una subida muy urbanizada. Preferimos darnos la vuelta e intentar el segundo plato del día, el Glaspass.
Tampoco ayudaba a recuperar las sensaciones el hecho de que las aproximaciones a estos puertos eran una sucesión de túneles y repechones para esquivar otros túneles, tramos poco atractivos.
Necesitábamos sacar la espinita del día, y Glaspass lo consiguió con creces. Una subida tranquila, dura, de carretera estrecha, con unas vistas verdes, muy verdes. Inmensas. Quizás un pariente lejano de Larrau, con algún kilómetro al final al 12% de media.
No hay comentarios:
Publicar un comentario