Crostis + Zoncolan: Del Cielo al Infierno
Llegaríamos a Óvaro a lo largo del día de descanso tras la “jupa” de la Maratona. Parece que está ahí mismo, pero se tardan varias horas en aproximarse a estos preciosos pueblos de aire medieval y ambiente oscuro, gris, con rasgos y nombres más propios de países vecinos. Un encanto especial.
Mi última frase antes de cerrar los ojos fue: “amiguetes, perdón por meteros en estos berenjenales”. De respuesta, el silencio.
Poco a poco vamos llegando a la zona “más pintoresca” de la subida, igualmente intensa, pero con una sucesión de herraduras enlazadas, divertidísimas de dibujar pese al porcentaje, que en ocasiones hace que la bici se levante de manos.
Así poco a poco, llegamos a un final más relajado, perfecto para ir tomando aire para lo que enseguida se mostrará ante nosotros, la “panoramica delle vette”, que tantas veces he recorrido sobre mapas, de la que perfectamente sabía donde empezaba y donde terminaba la zona de Sterrato, pero no su estado, ni la sensación de vacío, siempre a mano derecha.
Tras una corta bajada, asfaltada gracias a Dios recientemente, por fin pisamos el ansiado Sterrato.
Todos teníamos la intriga de si al final sería o no transitable, ya que como dije, lo poco que habíamos visto en cuatro fotos, no nos hacía ser muy optimistas. Sin embargo en el camping si que nos lo pintaron como posible, si bien es cierto que partíamos ante ellos de un estado de majaretas perdidos, con lo cual aquello perdía credibilidad.
La realidad es que estaba bastante bien mantenido, en el punto justo para pasar por él… un invierno más, y seguro que no hay quien pase por allí. Hay que aprovechar esta oportunidad.
Este tramo, consiste en 7,5 kms prácticamente llanos, recorriendo una pala semicircular a media ladera, de extremo a extremo de la misma. Las vistas: unas praderas infinitas, un lugar grandioso. A la derecha, siempre un vacío, eso sí, con una sensación menor de peligro por las vallas de ski, que aun permanecían, instaladas por la organización del Giro de Italia, que quizá pudieran parecer algo exageradas ya que todos habremos pasado mil veces por puertos con muchísimo más nombre o tradición y con zonas muchísimo más expuestas. Seguro.
También hay que aclarar que no se trata de una bajada, como en tantos y tantos medios se advertía, la bajada propiamente dicha comenzaba tras el Sterrato, preciosa, estrecha, casi angosta, serpenteante, y muy rápida.
Menudo lugar.
Y del Cielo al Infierno, como bien indicaba un cartel en Óvaro. Ahora era el turno del coco, Zoncolan, el Kaiser, o directamente El Infierno. Tras unos kilometrillos para recuperarse de la bajada, entramos en Óvaro, con los primeros rampones, algún descanso de broma, llegada a Liariis, y a sus afueras, sí, esto se pone serio.
Pasamos bajo la famosa pancarta de “La Porta per L'Inferno”. A partir de aquí, solo una palabra: “Chepazos”.
Unos primeros 6 kilómetros siempre a unas medias de 15 y 16%, terribles, sin un solo descanso en ellas. Sin grandes rampas por encima de los 20%, vale, pero tampoco un solo tramo que rebajara mucho el 13%. Terrorífico. Sin ninguna duda la subida más dura que hayamos afrontado ninguno de los que allí estábamos.
Tras estos primeros kilómetros, la carretera se abre "algo" y relaja durante aproximadamente kilómetro y medio, con rampas al 8, al 9%, en la zona de sus famosos túneles. Y para terminar, un último kilómetro al 11%, para terminar con buen sabor de boca.
Qué dureza! Ya estamos arriba.Todos estamos de acuerdo según va llegando lo que queda de nosotros, es un infierno, nos ha encantado (como puede ser que dos expresiones opuestas vayan juntas...!).
La bajada, por donde nos recomendaron en el Camping, por Sutrio. Ups, peros si hay un repecho aqui! Ah, será para llegar a los 3000m de desnivel. Ah, pues no, si no termina, será para los 3100... Tampoco, para los 3200. Ya le va bien, 3200 metros de desnivel en poco más de 70 kilómetros!
Pues sí Ernesto, ¡¡¡ menudo lugar y menuda crónica !!!
ResponderEliminarEsto es ciclismo de altura y crónica de mucha altura.
Si yo fuera el editor de la revista Ciclismo a fondo estarias fichado ya.
Un millón de gracias.
¿Berenjenales? Creo que ya sabes que tengo una facilidad pasmosa para conciliar el sueño (y comer galletas). Además, a la rutita que nos habias preprado había que ir descansado, jeje!
ResponderEliminar